Hoy nos dedicaremos a un compañero fiel que se transforma en parte de la rutina y que nos representa en el mundo: «el oro verde”. Hay tantas formas y estilos de cebarlo como países en el mundo. Encierra la eterna lucha entre dulce o amargo. Se puede cebar con cascaritas, yuyitos, café… Cada quién tiene su ritual para prepararlo y todos tenemos un secretito que creemos que lo hace más rico y ¡hasta existen sommelier de yerba mate!
Algunos los coleccionan, otros los traen de regalo (no importa cual fuera el destino que hayan visitado), pero absolutamente todos coincidimos, sin importar la lengua que hablemos en que el mate es un incansable testigo de diálogos, confesiones, amor, aventuras y amistad.
Hay historias diversas sobre su origen, aunque su consumo se remonta al pueblo guaraní, quienes masticaban directamente las hojas o las ponían en una calabaza con agua y tomaban. La palabra mate viene del guaraní “Caamate”, que hace alusión a la planta o hierba y la calabaza donde la servían. Para los indígenas, el árbol de mate era un regalo sagrado de los dioses, y de hecho el mate tenía para ellos un significado especial y espiritual, además de su valor nutritivo.
De a poco se fue expandiendo y cobrando popularidad: primero, lo adquirieron a través de trueques los incas, los charrúas y los araucanos. Luego, lo adoptaron los españoles que llegaron a colonizar América del Sur y allí fue cuando comenzó a tomar diversas formas.
Los mates uruguayos son los que más se asemejan a los nuestros, pero son más generosos, en mates de boca ancha, ostentosos y prolijos y según dicen son más duraderos y menos ácidos. Los jesuitas lo tomaban en saquitos y no con bombillas, algo inadmisible para los gauchos argentinos que lo adoptaron y arraigaron a la cultura, para tomar a cualquier hora del día.
Aunque parezca raro, esta infusión se convirtió en algo que no puede faltar entre los habitantes de Líbano y Siria, donde lo llaman “yer-bah mah-tay”. Lo ingieren en el desayuno, después del almuerzo, por la tarde y ¡hasta en los boliches mezclado con alcohol y otros saborizantes!
Y no es el único lugar que ya lo ha adoptado como propio. Según una investigación realizada sobre 13 países de tres continentes, se ha incrementado el consumo en países nórdicos y en lugares como Austria, Inglaterra y Alemania se utiliza la yerba mate para bebidas energizantes, mientras que el mate cocido se ha popularizando en Rusia, Polonia y Ucrania. En Estados Unidos se toma hasta en las universidades (algo común en nuestro país) siendo uno de los lugares que sorprendentemente creció en consumo.
¿Sabías que? Argentina es el primer productor mundial del cultivo, de la producción de 200 millones de kilos por año que se realiza aquí, 60 millones son destinadas a la exportación.
¡El viajero por excelencia, sin duda, es nuestro querido mate!
*Nota escrita para el Blog de Disco Argentina www.mujerdisco.com.ar
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