Uno de los centros de ski históricos de nuestro país en una de las ciudades más lindas de nuestra Patagonia: San Martín de los Andes.  Deporte, increíbles paisajes, relax, after ski y buena gastronomía en un viaje intenso y memorable.

El madrugón valió la pena.

Salimos de Buenos Aires en el vuelo de Aerolíneas Argentinas rumbo a San Martín de los Andes que despega de Aeroparque a las 5:10. Si señores, leyeron bien. DESPEGA 5:10.

Para eso me puse ¡dos! despertadores a las 2:30 am. (El año pasado perdí el primer vuelo de mi vida en un horario parecido y no tenía ganas de repetir esa sensación de impotencia y bronca, ni de perderme esta tremenda experiencia gracias a la invitación de Destino Argentina.)

Salí de mi casa en San Isidro 3:15 am y en media hora, y gracias a que a esa hora no hay tránsito, llegué a Aeroparque 3:45 para encontrarme con nuestra anfitriona y el resto del lindo grupo de periodistas con quien iba a compartir dos intensos días.

Santiago Eneas de Maleva Mag, Daniela Dini, Floxie y Muy Viajera.

Aterrizamos en San Martín de los Andes a las 7:20 am.  Todavía era de noche y claro, este vuelo se considera un vuelo nocturno.  El  avión se sacudió un poco, algo normal en esta zona cordillerana. Me recibió un aeropuerto completamente renovado. Nueva pista y servicios. Y la novedad que todos los locales celebran: más frecuencia de vuelos!

A las 8 am llegamos al que es sin duda el mejor hotel de la ciudad: el Loi Suites Chapelco. Ubicado dentro del Chapelco Golf & Resort a sólo 10 minutos del aeropuerto. Nos recibió un lobby con un espectacular ventanal que nos devolvió una imagen descomunal, esas que te hacen pensar por qué uno no visita estos lugares más seguido. Era magia. Montañas completamente nevadas, luces tenues de la noche que comenzaban a apagarse y el amanecer que iba asomando de a poco. Todo indicaba que iba a ser un gran día.

¡Cómo iba a imaginarme cuando despegué en Buenos Aires que para las 10 am y en menos de 5 horas ya iba a estar disfrutando de deslizarme por la montaña!

La felicidad tiene nombre y apellido: Cerro Chapelco

Salimos del Loi Suites y en 40 minutos llegamos al Cerro Chapelco. Nevó todo el trayecto. Varios autos iban quedando varados por no contar con cadenas, fundamentales en este tipo de paisajes donde la nieve es siempre celebrada pero no deja de ser un factor de riesgo a tener en cuenta. (Leé más acerca de los cuidados necesarios para destinos de nieve en este post: Invierno, cuidados en las rutas )

La base desbordaba nieve. Allí nos recibió Marcela, responsable de Prensa quien nos facilitó el alquiler de equipos y los pases a la felicidad. Eramos unos afortunados.

(Si quieren chequear precios de pases y alquileres pueden hacerlo desde acá : Tarifas )

Era la única que hacía snowboard del grupo y no practicaba hacía casi dos años. Aprendí de grande por lo que cada intento es un nuevo desafío. Y ahí vino la buena noticia: nos esperaban dos horas de clases particulares individuales. Las iba a aprovechar al máximo.

Subimos por el clásico “huevito”, nombre con el que se conoce a la telecabina que asciende hasta los 1600 mts. y que tiene capacidad para 6 personas. Llegamos a Antulauquen y fuimos al encuentro de nuestros profes. Mi asignada fue Marina López, una genial total a quien recomiendo con énfasis.

Chequeamos fijaciones, ajustamos botas y subimos a la telesilla. Durante el trayecto no dejó de repetirme lo que fue el mejor consejo en tiempo: “relajá y disfrutá” Algo que parece fácil y obvio pero que siempre olvidamos ponerlo en práctica.

Para el snowboard como para todo en la vida, muchas veces vamos tensos, cargados de expectativas y queriendo imponer nuestra voluntad.

“La tabla tiene su recorrido, podés ir marcando el rumbo.. pero tenés que aprender a dejarla fluir”, me dijo. Y eso fue un poco el resumen de por qué empezaron a gustarme los deportes de tabla. Te permiten fluir, surfear la vida.

Subimos y bajamos, entramos en calor, sacamos el óxido del cuerpo, el ritmo agobiante de la ciudad. Fuimos puliendo la técnica y entrando en confianza, sin dejar de prestar atención, porque ahí es cuando viene el palo. Los deportes invernales requieren técnica. Por eso y para que puedas sacarle el máximo provecho a tu experiencia en la nieve: contratá un profe. Es buena plata invertida.

Volvimos a Antulauquen que tiene self service y lindos ventanales.  Sopas reconfortantes y platos contundentes. Parrilla deliciosa y salad bar. Uno de los cinco restaurantes del Cerrro. Repusimos energía y volvimos a las pistas por más.

Momento de poner en práctica lo aprendido. Había tanta nieve que se podía esquiar hasta la base. Pioneros, Italianos, El Camino, Doña Berta, la clásica pista de principiantes “La 63”, la Panamericana, la Pradera del Puma. Nombres que ya empezaban a ser familiares. Pistas verdes para principiantes, azules intermedias y rojas para avanzados. Las negras son fuera de pista y claramente las evité. El Cerro Teta estaba tapado. El Filo cerrado. De a poco fui descubriendo Chapelco. El mapa fue cobrando vida.

A las 5 pm es la última subida por lo que hay que aprovechar el tiempo al máximo. Los días siempre quedan cortos en la montaña. Mis músculos agradecidos de tener un descanso.

De regreso en el Loi Suites todo está preparado para brindar descanso y relax a los esquiadores. El Spa, la piscina climatizada con las mejores vistas y aromas de eucaliptos y lavandas que impregnan el alma.

Una buena ducha y cena en el restaurant. Mi elección: trucha con albóndigas de espinaca y puré de papas acompañado de un vino que no había probado y que ya se convirtió en un nuevo favorito: el Pinot Noir de Bodega de Fin del Mundo. Simplemente delicioso. Gran cierre para un gran día.

Día 2

Nos esperaba otro intenso día de deporte. Ya estábamos más en confianza y ya teníamos nuestros equipos, por lo que la subida fue más rápida y sin trámites. Era un gran día de sol.

Otra clase con Marina, ya estaba más canchera pero con la desventaja de los dolores musculares. ¡Cómo costaba cada caída y vuelta a empezar!. Estaba despejado lo que permitía disfrutar de las increíbles vistas que se tiene desde las alturas. No todos los días se puede esquiar entre el más lindo y nevado bosque de lengas con la inmejorable vista del Lago Lácar y la majestuosidad del Volcán Lanín coronando el paisaje. Privilegios de nuestro país.

Llegó el mediodía y esta vez el almuerzo era en el Refugio Graeff. Allí nos estaba esperando el chef Pablo Buzzo de Bodega del Fin del Mundo con un banquete súper tentador. Deliciosa sopa de cebolla, risotto de cordero y hongos y apple crumble  con helado de postre. Todo acompañado con una degustación de vinos que tuvimos que ir tomando con cautela porque todavía había que bajar y quedaban unas cuantas horas para seguir aprovechando. Espumante, semillón, pinot noir y malbec de La Poderosa. Un festín a los sentidos.

Más subidas y bajadas, dándolo todo. Y así quedamos. Los clásicos angelitos quedaron grabados para siempre en las nieves del Chapelco.

Regreso a la base y a partir de las 5:30 pm empieza el after ski. Música a todo volumen desde electrónica hasta cumbia que suena desde Torino, el emblemático restaurant del centro de San Martín de los Andes que tiene aquí su pequeña sucursal. Lo que más sale: la Cerveza Patagonia desde el Patagonia Truck. ¡Gracias Manu por la invitación! Arranqué por la 24:7 que tiene un toque de saúco y seguí con la Amber Lager.

Acá les dejo algo de lo que sonaba. Desde el mítico Américo, ídolo de Chile.

Hasta una gran versión de Voulez Vous de ABBA.

https://www.youtube.com/watch?v=_q2m_8fol2U

Mientras tanto todos felices contando y compartiendo sus aventuras. Logros, golpes, anécdotas y nuevos amigos. La satisfacción compartida de haber superado nuestros propios límites.

El broche de oro

Última noche y no podíamos despedirnos de la ciudad sin probar la exquisita propuesta gastronómica que ofrece Torino Bar y Bistró. Un clásico. Allí nos esperaba el Subsecretario de Turismo Lic. Alejandro Apaolaza para contarnos todo sobre su ciudad por elección. Oriundo de Villegas, Provincia de Buenos Aires, encontró en este rincón de la Patagonia su lugar en el mundo. Y desde aquí trabaja para la promoción y difusión del destino.

Nicolás de Torino nos atendió de maravilla y nos sugirió el menú. De entrada rabas, langostinos empanados, papas bravas y croquetas de papa. Para cenar elegí un combinado de sushi clásico y caliente. ¡Delicioso!

Para nuestra sorpresa en la mesa de al lado estaba sentado Batistuta junto a toda su familia, quienes siempre eligen este destino para despuntar el vicio de los deportes invernales.

Regreso al Loi Suites. Sabía que me esperaba una cama reconfortante y un ventanal de ensueño. Y me dormí pensando en lo mismo que sentí cuando llegué: que no debía dejar pasar mucho tiempo para volver a vivir la magia de San Martín de los Andes.

Gracias Destino Argentina y a todos los que hicieron posible este viaje.

 

8 comentarios
  1. María Cristina
    María Cristina Dice:

    Que experiencia Meme !!! no tengo más que palabras hermosas y elogiarte por las fotos, una más linda que otra, realmente días super intensos que invitan a visitar Chapelco, toda una aventura que no hay que perderse en uno de los centros invernales más hermosos
    y paradisíacos que tiene Argentina. Belleza y Naturaleza invaden mis pupilas. Saludos.

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